En caso de repetidas manifestaciones de dificultades, la primera revisión visual debería tener lugar antes de la edad de un año. En los otros casos, debe aconsejarse siempre una revisión visual entre los tres y los seis años. Se trata, en efecto, de un periodo en el que se afinan las capacidades visuales, y, a su término, el niño debe estar visualmente preparado para comenzar el aprendizaje escolar.
Una revisión visual en esta época permite descubrir eventuales carencias que, en la mayoría de los casos, serán todavía fácilmente superables no llegando a dificultar la actividad escolar normal.
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Resumimos lo que ha de comprender el examen de base de la visión al que se someterá al niño antes de ir al colegio (primaria), debiendo ser también objeto de controles o revisiones regulares durante toda la escolaridad:
– Un historial del niño
– Una observación de la conducta general, sensorial y motriz
– Un examen profundo del funcionamiento visual con el análisis y la medida de:
– la focalización en visión de lejos y su equilibrio en visión de cerca, así como su posibilidad de evolución;
– la coordinación de ambos ojos a cualquier distancia, su capacidad de moverse fácilmente, de centrarse con precisión, de fusionar imágenes, de evaluar las distancias;
– la identificación visual, con la agudeza visual, la visión de los colores, la percepción fiel de las letras, la orientación espacial…
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