El oftalmólogo, médico especialista de las enfermedades de los ojos, busca en ellos: eventuales anomalías congénitas, presencia de trastornos, desviaciones manifiestas y patologías diversas. su formación médica lo lleva a interesarse esencialmente por las características anatómicas y fisiológicas del ojo (transparencia, ausencia de parálisis…). Se asegura del estado de salud de los ojos y de las vías visuales. Su enfoque, más particularmente estructural, no le permite apenas analizar el desarrollo visual. Incluso en lo que se refiere al equilibro óptico, frecuentemente el oftalmólogo efectúa su medida con un cicloplégico (colirio que dilata la pupila y paraliza la acomodación), es decir, efectúa una medida estática de una función esencialmente dinámica.

 El optometrista posee una formación orientada hacia los aspectos funcionales de la visión, su desarrollo, su eficacia y su comodidad. en su examen, el optometrista se asegura, claro está, de la ausencia de anomalías patológicas u otras. estas anomalías son, por otra parte, extremadamente raras en el niño.

Se preocupa también de medirle el equilibrio óptico de la visión tanto de cerca como de lejos, pero en sus condiciones habituales de funcionamiento, sin paralizar su acomodación. la evaluación detallada de las capacidades visuales le permite, incluso en los niños muy pequeños, apuntar las insuficiencias o debilidades que más adelante motivarán un aprendizaje escolar difícil.

Observa la motricidad ocular, su flexibilidad y su precisión, la coordinación de ambos ojos durante los movimientos de convergencia o con ocasión de la fusión de las dos imágenes enviadas simultáneamente al cerebro.

Evalúa la capacidad de apreciar las distancias, la de reconocer los distintos colores, la de percibir detalles pequeños de cerca y de lejos, la de reproducir las diferentes direcciones en el espacio. Estima la velocidad y la extensión del campo perceptivo, condiciones previas y esenciales para el aprendizaje de la lectura.

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El oftalmólogo y el optometrista son dos profesionales cada uno de los cuales tiene un papel muy específico que desempeñar por sus diferentes formaciones y sus diferentes criterios en cuanto al fenómeno de la visión. propias del oftalmólogo son las enfermedades de los ojos y su prevención. propias del optometrista, la valoración y mejoría de la función visual y, por supuesto, la vigilancia de su desarrollo.