Estimulación visual
La estimulación visual está estrechamente relacionada con el desarrollo visual, pues consigue que un niño consiga interesarse por su entorno, quiera explorarlo y saber qué es.
Un niño con visión normal desarrollará la capacidad de ver de una forma espontánea; sin embargo un niño con baja visión, en la mayoría de los casos, no lo hará de forma automática, por ello se le deberá estimular visualmente mediante un programa sistemático encaminado a desarrollar sus funciones visuales. Si no hacemos esto, funcionará visualmente muy por debajo del nivel que le permitiría su problema visual.
Desde el punto de vista perceptivo y del aprendizaje cuanto más se mira y se usa la visión más eficacia visual se logra. Por tanto, la visión, es una función aprendida, y su calidad puede mejorarse con entrenamiento durante un periodo de tiempo adecuado.
La estimulación visual se produce de forma automática en un niño con visión normal, sin embargo, se debe provocar en un niño con baja visión.
La habilidad visual se puede desarrollar con un programa secuenciado de exigencias visuales y es a esto a lo que llamamos ESTIMULACIÓN VISUAL.
Por tanto, el objetivo de la estimulación visual es, en principio, que el niño confiera un significado a los estímulos que percibe, de modo que pueda llegar a desarrollar un proceso visual y qué este sea potenciado al máximo.