En la primera etapa del desarrollo motor aparecen los Reflejos Primitivos. Éstos son respuestas automáticas a determinados estímulos, algunos de ellos ya están presentes en la vida intrauterina, otros se desarrollan en el momento del parto y otros después del nacimiento, pero durante el transcurso del primer año de vida la mayoría de ellos deben integrarse de manera óptima.
El desarrollo motor que realiza el niño durante el primer año de vida es el más importante aprendizaje de su existencia, ya que tiene una repercusión neurológica en el resto de su desarrollo.
Los Reflejos Primitivos deben aparecer, desarrollarse o cumplir su función, y por último integrarse en patrones motores más específicos denominados reflejos posturales.
Cuando el bebé esta dentro del útero materno está adaptado a un medio muy diferente del que existe en su vida extrauterina. El bebé se desarrolla en un medio acuático, libre de gravedad, obtiene el oxígeno y la alimentación a través de la sangre materna y sus movimientos son torpes y globales. No obstante, comienza a desarrollar sistemas que le permitirán la supervivencia inicial en el mundo extrauterino. Los mecanismos de supervivencia iniciales dependen de la existencia de los Reflejos Primitivos.
Los Optometristas Comportamentales analizamos el desarrollo del niño y por consiguiente necesitamos conocer el desarrollo motor y la integración con el sistema sensorial para determinar cuándo una deficiente integración de los Reflejos Primitivos está interfiriendo en el correcto funcionamiento de las distintas funciones.
El estudio de los Reflejos Primitivos nos permite conocer el estado del Desarrollo Motor del niño.
El Desarrollo Motor permite la elaboración de esquemas y el conocimiento tanto corporal como espacial, que poco a poco será sustituido por un Sistema Visuo-Espacial adecuado. Por este motivo la presencia de Reflejos Primitivos no Integrados no va a permitir la libertad de movimiento guiado visualmente; interfiere en los conceptos visuo-espaciales e impide una adecuada coordinación visuo-motora.
Para los Optometristas Comportamentales es importante valorar el estado de los reflejos primitivos del niño ya que nos ayuda a comprender las dificultades en el desarrollo visual, habilidades oculomotoras, disfunciones acomodativas y binoculares, así como observar las posturas corporales, dificultad para mantener la atención…
TERAPIA DE MOVIMIENTOS RÍTMICOS
El movimiento tiene un efecto organizador en el sistema nervioso central, por lo que se ha creado una técnica denominada terapia de movimientos rítmicos con el objetivo de favorecer los procesos madurativos en aquellos casos que por alguna razón no se han podido desarrollar correctamente.
La terapia de movimientos rítmicos o TMR se basa en los movimientos rítmicos del bebé. La estimulación sensorial provocada por los movimientos rítmicos estimula la red nerviosa del tronco encefálico, el cerebelo, los ganglios basales y el neocortex, como en capas de cebolla, permitiendo así que se complete su desarrollo.
Algunos de los síntomas que pueden estar expresando una falta de madurez de conexiones neuronales del primer año de vida pueden ser:
- Atención disminuida.
- Mareos en el coche y o pérdida de equilibrio.
- Hiperactividad.
- Problemas en el aprendizaje.
- Problemas para operar con un pensamiento abstracto.
- Dificultad para realizar correctamente movimientos oculares.
- Lentitud en el procesamiento de la información.
- Hipersensibilidad.
- Problemas de coordinación etc.
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