IMPORTANCIA DE LOS MOVIMIENTOS OCULARES EN LA LECTURA

Paula M

, Optometría

Hay muchas personas (adultos y niños) con problemas de lectura. Un 95% de ellos presentan mala calidad de sus movimientos oculares.

Durante el acto de la lectura intervienen 3 movimientos oculares:

  • Sacádicos: son los movimientos de izquierda a derecha, que van realizando los ojos, al ir posándose en las diferentes sílabas o palabras escritas.
  • Fijaciones: son los pequeños movimientos que mantienen los ojos sobre las palabras para ser enfocadas y analizadas.
  • Regresiones: son los movimientos sacádicos de derecha a izquierda que ocurren cuando el movimiento sacádico precedente de izquierda a derecha, se pasó de largo; si hay muchas regresiones en una lectura hace que sea lenta, vacilante y que se interprete mal el texto y no se entienda su contenido.

En lectores normalmente hábiles estas regresiones ocurren en un 10 a 20 % del tiempo de lectura, pero los lectores pobres tienden a realizar más fijaciones y regresiones que los lectores hábiles.

Las habilidades visuales implicadas en el proceso de aprender a leer son diferentes a aquellas que se requieren para leer párrafos largos con eficiencia y buena comprensión que se emplean en educación secundaria y universitaria.

DESARROLLO DE LOS MOVIMIENTOS OCULARES

Al mes de nacer, los ojos del bebé ya realizan movimientos oculares:

  • A las 8 semanas es capaz de hacer fijaciones.
  • A las 6 – 8 semanas es capaz de seguir objetos en movimiento, siendo cada vez el movimiento más amplio.
  • Y entre las 4 y las 12 semanas es capaz de hacer sacádicos, pero al principio son involuntarios (al oír algo por ejemplo) e imprecisos, quedándose cortos en el salto por lo general.

Esta habilidad visual es de las más tardías en desarrollarse. Hasta la etapa escolar (a los 7 u 8 años) no se poseen unos movimientos oculares maduros.

Sin embargo, diferentes estudios demuestran que el niño de 1 año de edad tiene buenos movimientos oculares, pero se consideran que no son suficientemente precisos o que no están completamente desarrollados a esa edad, debido a que las pruebas clínicas empleadas en su evaluación requieren unos complejos fenómenos atencionales y cognitivos que no se encuentran presentes hasta los 10 – 12 años de edad.

 

Por eso, debido a esa asociación que existe entre los movimientos oculares y las habilidades cognitivas implicadas en la lectura, ésta no se lleva a cabo hasta los 6 años de edad.

DESARROLLO DE LOS MOVIMIENTOS OCULARES Y LA ATENCIÓN

Al principio el bebé mira automáticamente los objetos llamativos que entran dentro de su campo visual sin discriminación. Después, va aprendiendo poco a poco a controlar sus movimientos oculares de forma que sus ojos sean dirigidos hacia los objetos que le interesan, ignorando aquellos que no, aún siendo brillantes, ruidosos o más móviles.

Cuando se producen una alteración en el desarrollo del control de estos movimientos oculares, el niño no puede superar los mecanismos reflejos primitivos, y su atención es captada por cualquier ruido, movimiento, u objeto que aparece en su campo visual. De esta manera, el niño manifiesta dificultades de atención y facilidad para distraerse, influido por un mal funcionamiento de su sistema oculomotor que puede interferir inadecuadamente sobre su aprendizaje.

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